La firma financiera Merrill Lynch aseguró que los inversionistas deben seguir muy de cerca el impacto de las tensiones globales de comercio y específicamente la brecha que se genera en este momento entre Estados Unidos y Europa.
Señala que “la segmentación de caminos” entre esas dos economía por mayores barreras al comercio impactarán en los flujos de inversión intercontinental".
Los estrategas de la firma plantean que “por la arteria comercial del Atlántico” hubo un intercambio comercial de 1.4 billones de dólares el año pasado, lo que representa una fuente clave de generación de recursos, pero fundamentalmente para las empresas de Estados Unidos.
Las declaraciones de Merrill Lynch se dan en medio de la cumbre del G7 que inicia hoy en Canadá, donde participan los líderes de Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, el Reino Unido, Italia y Japón.
El banco agrega que los impactos que se pueden generar por el rumbo del comercio mundial deberían ser integrados al precio de los activos de las empresas.
Considera que básicamente, la discordia entre Estados Unidos y Europa ha obedecido a una serie de eventos como la inconformidad sobre el acuerdo nuclear Iraní, la dinámica de Medio Oriente, el Acuerdo Climático de París, la Organización del Tratado del Atlántico Norte y las normas de privacidad de datos que ha generado un gran escándalo internacional.
Señala finalmente como un punto de relevancia los aranceles impuestos recientemente por Washington a las importaciones de acero y aluminio de la Unión Europea y amenazas de más grávamenes a las exportaciones de automóviles que disgustan a Europa.